A continuación
analizaremos cómo Daniel recibió otra revelación concerniente nuevamente a la
percepción humana de gobierno, a través ahora de cuatro bestias, pero en esta
ocasión se le muestran algunos detalles que no fueron revelados a Nabucodonosor
en su sueño de la imagen o estatua.
Las cuatro grandes bestias (Daniel 7:1-28)
Las cuatro bestias representan a
esas mismas cuatro naciones, al igual que esos cuatro metales de la imagen
(Daniel 7:17). La diferencia está únicamente en lo siguiente: Que el lugar
donde el rey impío vio la grandeza del
resplandor del hombre, el siervo de Dios vio en ello el salvajismo y la depravación
de la mente humana. Porque toda nación terrenal en la superficie muestra el
rostro humano, pero esconde en su interior el carácter de una bestia.
Todas estas cuatro bestias
salieron del mar (Daniel 7:3), semejante a la bestia del Apocalipsis
(Apocalipsis 13). El mar tiene aquí un significado simbólico, y representa a
los pueblos (Isaías 8:7; Apocalipsis 17:1,15).
El león
con alas de águila (Daniel 7:4)
En el museo británico se
conservan figuras gigantescas de leones con alas de águilas y cabezas humanas,
que representan a Nabucodonosor en su florecimiento y en su gloria. Esas
figuras fueron halladas en las ruinas babilónicas.
La combinación del rey de los
animales y el rey de las aves, resulta un cuadro que se ajusta para representar
la grandeza del rey de Babilonia, esa cabeza de oro. Las alas del águila
muestran también la agilidad de los ejércitos babilónicos.
Nabucodonosor conquistó
rápidamente Egipto, Judea, Tiro y toda Fenicia, además de otros pueblos. Todo
esto, además del desarrollo cultural, juntamente con grandes riquezas, hizo de
Nabucodonosor un hombre poderoso y encumbrado, como así también sabio y
orgulloso. Por eso Dios decidió castigarlo humillándolo.
El hecho de que hayan sido
arrancadas las alas, significa la enfermedad psíquica de Nabucodonosor (Daniel
4:28-30). Como resultado de esa enfermedad, la imagen real de la bestia fue
transformada en un buey común. Pero la enfermedad debía pasar y la imagen debía
convertirse en una persona con corazón humano, capaz incluso de alabar a Dios
(Daniel 4:13,31-34).
La cabeza de oro y el león con
alas de águila representan al mismo rey babilónico en la flor de su poder y
gloria. Pero el castigo de Babilonia no terminó tan sólo con la enfermedad de
Nabucodonosor. Tuvo que caer todo el imperio. El Señor predijo esta caída con
anticipación, nombrando incluso a aquellos pueblos que derrotarían a los
babilonios (Isaías 13: 17-19; Daniel 5:28).
El oso
devorador (Daniel 7:5)
Como la plata es inferior en precio y belleza al
oro, así también lo es el oso en su fuerza ante el león. Este oso representa a
Medo-Persia, y es plata en la imagen. Ella se parece al oso debido a que su
victoria dependía, no de una astuta estrategia política, sino simplemente de su
extraordinaria fuerza. Por ejemplo, el rey Jerjes en el año 481 a. C. reunió un
ejército de alrededor de un millón de soldados y una flota mercante que
consistía en 1.200 barcos.
Para aquellos tiempos era éste un
ejército colosal. Un ejército semejante cumplía al pie de la letra el
imperativo de «devora mucha carne». En efecto, esta fuerza devoró todo cuanto
halló a su paso. El camino tras la marcha de ellos quedaba cubierto de cadáveres,
no sólo de los muertos en la guerra, sino también de los muertos por las
enfermedades y el hambre, ya que el ejército se apoderaba de cuanto hallaba a
su paso. «Tres costillas entre los
dientes» simbolizan la triple
alianza de Lidia, Babilonia y Egipto, suscritos con la meta de luchar contra
Persia, y a quienes ese oso devoró.
Leopardo
con cuatro alas de aves y cuatro cabezas (Daniel 7:7,8)
El leopardo es un animal de la
especie del gato, mide un metro y medio de longitud. No es tan fuerte como el
oso, pero es astuto y devorador. Sus asaltos son inesperados y repentinos. En
el caso presente, la agilidad del leopardo se duplica con la aparición de alas
de aves.
Esta es Grecia en los días de
Alejandro El Grande, la que con sus relativamente escasos, pero bien
adiestrados ejércitos, en poco tiempo conquistó todo el mundo entonces
civilizado. Sus salidas, sus valientes asaltos, la agilidad con que se
desenvolvía, hacen recordar los movimientos del leopardo. Las cuatro alas, al igual que las cuatro cabezas,
indican que Alejandro el Grande hacía sus asaltos con la ayuda de cuatro
jefes-generales, los cuales, después de su muerte, dividieron su imperio en
cuatro partes, como vimos anteriormente.
La bestia
espantosa (Daniel 7:6)
Esta bestia simboliza el cuarto reino, es decir,
Roma, el cual, efectivamente, destruía y devoraba todo.
Los jefes de Roma la enterarse de
enemigos, no preguntaban cuántos eran, sino dónde estaban. Los dientes de
Hierro de esta bestia corresponden a la parte de hierro de la imagen (Dan.
2:40; Dan. 7:23), mientras que los diez cuernos de la bestia corresponden a los
diez dedos de la imagen. Pero en la bestia, entre sus cuernos, el profeta vio
algo que no se había visto entre los dedos de la imagen vista por
Nabucodonosor. Nos referimos al “cuerno pequeño” con boca y ojos, que hablaba
grandes cosas delante del cual fueron arrancados tres cuernos anteriores (Dan.
7:8; Dan. 7:24). En la imagen con sus dedos, no hubo este movimiento que
notamos entre los cuernos.
A la pregunta de Daniel en cuanto
al significado de la visión, él obtuvo la aclaración de que las cuatro bestias
son esos mismos imperios mundiales, los cuales están representados por cuatro
clases de metales en la imagen (Dan. 2:44; Dan. 7:17-18).
En
la imagen se muestra la idea del anticristo, y las bestias muestran en qué
forma y cómo esa idea se llevará a cabo. Queda claro que por más atractiva que
sea la idea en sí misma, si ella se cumple mediante las “bestias” y sus
costumbres, no deja de ser idea del anticristo.
Por
lo tanto, no cabe la menor duda de que aún las llamadas ideas cristianas,
cuando se propagan a fuerza de fuego y espada por los seguidores de Cristo y la
santa inquisición, son ideas del anticristo. La idea de Cristo nunca y a nadie
puede ser inculcada por la fuerza.
Los
diez cuernos de la bestia significan que, justamente antes del aparecimiento
del anticristo en el territorio de lo que fuera el imperio romano, saldrán diez
naciones, tres de las cuales serán aniquiladas por el anticristo (Dan. 7:24;
Ap. 17:12).
De
lo estudiado hasta ahora, vemos claramente que este decidido, elocuente,
carismático, adusto e imponente personaje será quien establezca su propia
política y cultura mundial. Será él la corona y fin del sueño humano por
alcanzar su propia gloria, y crecerá en proporciones y dimensiones increíbles e
insospechadas por sus contemporáneos y cumplirá de sobra con las tendencias de
domino de los gobiernos antecesores, tal es el caso de Babilonia, Medo-Persia,
Grecia, y Roma finalmente.
Notemos,
como mencionamos anteriormente, que Nabucodonosor en su sueño solo alcanzó a
ver que al final de los tiempos cómo estaría conformado el último de los
imperios mundiales pero en ningún momento le fue revelado quién habría de comandarlo,
no así con la visión recibida por Daniel donde ve claramente que de entre el
mar de pueblos gobernados por 10 reyes o gobernadores se levantaría el
anticristo como el primer gobernante mundial; es este el “cuerno pequeño”,
mismo personaje que crecerá sobre la bestia; es decir, estará al frente del último
imperio mencionado anteriormente, o sea que aparecerá o nacerá de entre los
muchos pueblos que están bajo dominio del imperio romano, esto último
históricamente literal.
Sin
embargo, el territorio dominado por el imperio romano es sumamente amplio, por
lo cual a través de esta visión es difícil ubicar la nación de donde ha de
surgir el anticristo.
El carnero y el macho cabrío
El cordero con los cuernos simbolizan nuevamente la
ya dos veces nombrada en este estudio Medo-Persia (Dan. 8:20). Ante lo cual,
cuando hablábamos de la imagen, el punto sobresaliente era Babilonia (Dan.
2:38). A base de algunos hechos históricos sabemos cuñan grandes naciones se
levantaban una tras otra. En las cuatro bestias vemos a las mismas cuatro
naciones de acuerdo a su características descritas. En cambio, aquí claramente
se nos dice qué debemos entender por el cordero y el cabrío.
Bien
pudiéramos, en primera instancia, objetar: ¿Por qué se habla del mismo asunto
hasta tres veces? Es porque en cada visión tenemos una enseñanza distinta,
enfoques distintos, detalles distintos. En esta visión se nos dan detalles de la nacionalidad del
anticristo.
Veamos,
los dos cuernos del cordero no eran iguales, porque uno era más alto que el
otro, y el más alto había crecido después (Dan. 8:3). Es una imagen histórica
detallada, ya que en efecto al principio Media desempeñaba el papel más
importante, pero más tarde Persia ocupó una posición más alta.
El macho cabrío con un cuerno
grande es Grecia y Alejandro el Grande es su frente (Dan. 8:21). Es
impresionante saber cuántos detalles nos proporciona esta visión al respecto.
Pero lo que nos interesa en este punto es que en el sitio de uno de los cuatro
cuernos del macho cabrío, creció el ya conocido para nosotros “cuerno pequeño”,
al que ya hemos visto en la terrible bestia. (Dan. 8:8, 7:8, 20, 21).
De su descripción vemos que ese
cuerno era el mismo anticristo. Pero ¿Por qué al principio él apareció en
aquella bestia, a la cual hemos calificado como el Imperio Romano renovado,
mientras que ahora aparece en uno de los cuatro cuernos del macho cabrío, que
significa solamente una parte del imperio griego?
Esta
aparición en términos globales nada altera, ya que las mismas naciones que
fueron dominadas por Grecia, fueron más tarde conquistadas y dominadas por
Roma. Pero esta visión únicamente nos da la oportunidad de hallar al país de
donde surgirá el anticristo. Porque Roma imperaba en el primer territorio antes
que Grecia, y sería muy difícil hallar la patria del anticristo en el imperio
romano. Podría ser Italia, España, Francia, Inglaterra, Suiza, Alemania
occidental u oriental, Rumania, Bulgaria, Grecia, África del Norte, todos los
países del Asia Menor. Pero esta visión acorta la búsqueda de la patria del
anticristo en sólo cuatro países. El anticristo aparecerá en una de las cuatro
naciones, las cuales existen hoy, excepto Frigia, y tienen el mismo nombre:
Macedonia, Siria y Egipto. Analizando una visión más, hallaremos definitivamente
al país que dará al mundo a Satanás en cuerpo humano.
Mientras
tanto veamos cómo está descrito el anticristo en nuestro texto. El será altivo
y astuto (Daniel 8:23). Su poder se engrandecerá, pero no por su propia fuerza,
sino por la de Satanás (Daniel 8:24; Apocalipsis 13:2). Será inteligente, sagaz
y orgulloso (Dan. 8:25).
Estará
persiguiendo al pueblo de Dios y especialmente a los hebreos, y los vencerá, es
decir, que físicamente los destruirá (Daniel 8:10,12, 24; Apocalipsis 13:7).
Será enemigo de Cristo (Daniel 8:11,25; 2.a Tesalonicenses 2:3,4). Finalmente,
el mismo Cristo lo destruirá en el tiempo de su venida (2.a Tesalonicenses
2:8). Su terrible actuación se prolongará por espacio de 2.300 tardes y
mañanas, o sea, 1.150 días (Daniel 8: 14). Esto da un total de un poco más de
tres años, y nosotros ya sabemos que el anticristo reinará por espacio de tres
años y medio. ¿Por qué esta diferencia de tiempo de tres meses? Es
completamente posible que el anticristo se proclame como dios no exactamente en
la mitad de la semana. Mientras él no se proclame como tal y no se siente en el
templo de Dios, como si fuera dios, el templo será considerado como templo de
Dios. Probablemente esta última pretensión de proclamarse a sí mismo dios, a
él mismo le parezca ya algo demasiado elevado, por eso él no pudo decidirse a
esto inmediatamente después del milagro que él mismo hará, para que «descienda
fuego del cielo» y dando muerte a los dos testigos.
El tardará tres meses para
decidir y finalmente contaminar consigo mismo el templo, exigiendo que se le
traigan sacrificios, que eran traídos a Dios, ahora exigirá que se traigan a
él, como nuevo dios.
LOS REYES DEL NORTE Y DEL SUR (Daniel 11)
Los
primeros cuatro versículos de este capítulo mencionan una vez más la lucha
entre Medo-Persia y Grecia, la victoria del último y su división en cuatro
naciones.
En los
versículos 5-20 se describe la historia de la conducta general de Siria y Egipto
durante un período de 150 años. Siria en nuestro texto significa como el «rey
del norte» y Egipto como «el rey del sur». Porque ciertamente Siria está al
norte y Egipto al sur. A estos países los divide Palestina, por eso ellos
mantenían constantes luchas por el dominio de Palestina. Los versos de Daniel
11:21-45, abarcan el período del reinado del rey sirio Antioco Epifanes, el
cual, en el año 164 a. de C., dominó a Palestina.
En
general, en esta lucha estarán venciendo los reyes del norte, o sea, los sirios
(Daniel 11:15, 25, 40). De ellos, y especialmente de Antíoco Epifanes,
Palestina padecería grandes sufrimientos (Daniel 11:16, 24, 33, 41).
Antíoco
Epifanes está descrito como un adiestrado «cuerno pequeño», o sea, el
anticristo. Veamos sus características y comparémoslas con la descripción del
«cuerno pequeño», el anticristo.
- 1 El será astuto y traidor (Daniel 11:21, 25; Daniel 8:23, 25).2. Será exaltado mediante un pueblo reducido, no por la fuerza común (Daniel 11:22, 23; Daniel 8:24).3. Se enfurecerá contra el Pacto santo y entrará en contacto con los apóstatas (Daniel 11:28, 30; Daniel 7:5).4. El contaminará el templo, suspenderá el sacrificio diario y pondrá la desolación desoladora del ídolo (Daniel 11 : 31; Daniel 8:11; 9:27; Apocalipsis 13:14, 15).5. Con lisonjas atraerá a los ateos a sí (Daniel 11:32; 2." Tesalonicenses 2:10, 11).6. Perseguirá a los santos (Daniel 11:33-35; 7:21,25; 8: 10,12,24; Apocalipsis 13:7).7. El hará lo que quiera (Daniel 11:36; Daniel 7:25; 8: 12,24-25; Apocalipsis 13:16,17).8. Se elevará por encima de todos los dioses (Daniel 11: 36; 8:25; 2.a Tesalonicenses 2:3, 4).9. Hablará contra el verdadero Dios (Daniel 11:36; 7:25; Apocalipsis 13:6).10. Tendrá éxito (Daniel 11:36; 8:12, 25).11. Será un gran conquistador (Daniel 11:40, 42-44; Apocalipsis 13:4).12. Tendrá apetito por Palestina «a la tierra gloriosa» y la tomará (Daniel 11:41; Daniel 8:9).
De esta
manera vemos que Antíoco Epifanes en doce casos se parece al anticristo. Es una
imagen detallada del «cuerno pequeño» que creció en uno de los cuernos del
macho cabrío: en Siria.
Muchos
prototipos ha tenido el anticristo en el mundo, pero el más exacto fue Antíoco
Epifanes. Era astuto y traidor, odiaba las leyes divinas, denigraba mucho a
Dios y todo lo santo, contaminó el santuario poniendo en él a su ídolo,
perseguía a todos los hebreos fieles, alteró las leyes de Dios, suspendió los
sacrificios, hacía todo cuanto quería y tenía éxito. Es como si en todo fuera
el verdadero anticristo. No obstante, en el año 163 a. de C., él murió de
muerte natural, y el mundo prosiguió adelante su camino. Pero el verdadero
anticristo morirá no de mano de los hombres (Daniel 8:25), sino que vivo será
echado al lago de fuego (Apocalipsis 19:20 y esto sucederá en el tiempo de la
segunda venida de Cristo (2.a Tesalonicenses 2:8).
El
Antiguo y Nuevo Testamento testifican igualmente acerca de la verdad. Pero en
el Antiguo Testamento la verdad se esconde tras los prototipos y en el Nuevo se
encuentran ya los tipos o imágenes de ellos (1ª Cor. 10:11, Col. 2: 17; Heb.
8:5; 10:1). Antíoco Epifanes manifiesta en sí mismo el mayor prototipo del
anticristo, pero la misma imagen se encuentra en el Apocalipsis, que fue
escrito unos 250 años después de la muerte de Antíoco.
Por
consiguiente, sacamos de esto la deducción de que Siria será esa nación de la
cual saldrá el anticristo, porque, efectivamente, en ese país Dios le mostró a
Daniel su más detallada copia.
De todos
modos alguien podría pensar de dónde sabemos nosotros que el «rey del norte» es
efectivamente el rey sirio, y que el principal es Antíoco Epifanes.
Sabemos
esto de la historia, porque todo cuanto está escrito en la profecía, tuvo su
cumplimiento con una extraña exactitud. Faltan solamente dos cosas a Antíoco,
las cuales muestran que él no es aún el verdadero anticristo, sino solamente
su prototipo. Nos referimos a su muerte natural y a su aparición muy temprana.
El verdadero anticristo, como ya hemos dicho, será echado vivo al lago de fuego
y con su fin se establecerá el reino de Cristo en la tierra; o sea, que Cristo,
con su venida, pondrá fin al reinado del anticristo en la tierra. El hecho de
que la profecía no haga mención del nombre de Antíoco Epifanes, nada significa,
por cuanto el nombre de Alejandro El Grande tampoco se menciona; sin embargo,
no cabe duda de que él era ese «cuerno grande» en el tierno macho cabrío que
simbolizaba a Grecia. El nombre del mismo anticristo tampoco se ha dado, pero
cuando él aparezca los creyentes lo reconocerán inmediatamente.
LA NACIONALIDAD DEL ANTICRISTO (Daniel 11:37, 38)
Es obvio
que el mismo Antíoco Epifanes era gentil, de ascendencia griega. Por eso es
que cuando se dice de él que, «del Dios de sus padres no hará caso», se refiere
no sólo a él personalmente, sino a aquel a quien él precedía. También la frase:
«Dios que sus padres no conocieron», sugieren la idea de que sus padres creían
mejor que él. Si se tratara aquí únicamente de los padres de Antíoco, es claro
que ellos también eran gentiles y paganos, y esto no haría diferencia alguna
en cuanto a cuál dios sirvió el padre y a cuál el hijo, porque de todas
maneras, uno y otro son ídolos. Pero el profeta, describiendo al prototipo, en
el prototipo veía a la misma imagen. Esto nos da el derecho de pensar que los
padres del mismo anticristo, del cual Antíoco es solamente el prototipo,
estarán sirviendo al verdadero Dios, y esto significa que ellos deberían ser
hebreos, porque en esos tiempos no había otro pueblo, excepto los hebreos, que
conocieran al verdadero Dios. Del hecho que los hebreos, aunque sin Dios y
traidores al pacto, se acercarán a él (Daniel 11:30-32), deducimos que deberá
ser de los hebreos. Porque es imposible de que los hebreos reconozcan como su
Mesías a un gentil incircunciso. De esto vemos que el anticristo será un hebreo
sirio.
Existen
deducciones en el sentido de que él será de la tribu de Dan. Esta deducción se
basa en las palabras de bendición por el patriarca Jacob sobre sus hijos. En
esas bendiciones se incluyen estas palabras: «Dan juzgará a su pueblo» (Génesis
49:16). ¿Cuándo sucederá esto? Porque hasta la fecha Dan nunca fue juez de su
pueblo. Es muy probable que él juzgue a su pueblo cuando sea el anticristo. Porque
Jacob bendecía a sus hijos como profeta de Dios, inspirado por el Espíritu
Santo, de manera que él no podía equivocarse. Queda claro su acierto por el
hecho de que sus declaraciones para los otros hijos se cumplieron. Por
ejemplo, la declaración para Judá, que de su descendencia vendría Cristo, se
cumplió detalladamente (Génesis 49:10). ¿Por qué entonces su declaración no se
cumple en Dan? Es un hecho de que hasta el momento Dan no juzgó a su pueblo. De
manera que la profecía de Jacob aún tiene que cumplirse.
En esa profecía hay otras palabras dramáticas. He
aquí: «Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde
los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete» (Génesis 49:17).
¿Cómo entender esto? No puede haber aquí referencia al vandalismo de Dan.
Porque si él simultáneamente será juez de su pueblo, y al mismo tiempo acostado
como serpiente junto al camino, es más bien un testimonio en el sentido de que
Dan controlará los caminos y sus movimientos. Y esto él lo hará como una
serpiente, sigilosamente en forma sorpresiva, sin misericordia y con terror.
Después de semejante declaración, repentinamente Jacob exclamó: «Tu salvación
esperé, oh Jehová» (Génesis 49:18). ¿Acaso no testifica esta exclamación de
Jacob, en el sentido de que la visión profética que él veía sobre Dan, no le
complacía en absoluto, sino más bien le aterrorizaba? ¿De qué y por qué buscaba
él ayuda de Dios? Si todas estas suposiciones son exactas, tenemos ante
nosotros el siguiente cuadro: El anticristo será de nacionalidad siria, hebreo
y de la tribu de Dan. El juzgará a su pueblo hebreo, entonces él será esa
serpiente que morderá al caballo y a su jinete, que controlará todos los
caminos, políticos y económicos como religiosos. Esto le pareció a Jacob tan
terrible e imposible que él entendió que solamente el mismo Dios puede ayudar
en esto. Por eso su exclamación en voz alta a Dios por ayuda.
Conviene señalar que de la tribu de Dan no aparecen
personas selladas por Dios, cuando el Señor escoja a los primogénitos de Israel
(Apocalipsis 7:4-8). Cuando analizábamos el capítulo 7 del Apocalipsis, dimos
entonces la causa por qué de la tribu de Dan no hay esos escogidos, pero podemos
deducir que esto sucedió debido a que Dios se había apartado de esta tribu, la
cual en vida de Israel desempeñó un papel tan triste, dando al mundo el peor
enemigo, tanto de Dios como de su pueblo.
De manera
que aunque el anticristo provendrá de Siria, será elevado a rey en Israel. Su
capital será Jerusalén, como ya hemos visto en Apocalipsis 11:7, 8 y de 2.a
Tesalonicenses 2:4, donde se habla del templo de Dios, porque está claro que el
templo de Dios podría estar únicamente en Jerusalén.
Siendo
rey de Israel, o al principio solamente su presidente, él tendrá una
influencia decisiva sobre la política de esas diez naciones, las cuales
surgirán en el territorio del que fuera imperio romano. Cómo se han de formar
exactamente esas diez naciones, no lo sabemos todavía, pero quedará claro que
su verdadero líder será el anticristo (Apocalipsis 17:12,13).
No hay comentarios:
Publicar un comentario